Baker Tilly

En el panorama empresarial actual, hemos sido testigos de un cambio significativo. El concepto ESG (Environmental, Social, and Governance) fue acuñado en 2004 en una publicación del Pacto Mundial en asociación con el Banco Mundial, llamada Who Cares Wins. Hoy, lejos de ser una simple tendencia, es una necesidad estratégica. Su adopción no solo responde a presiones externas, sino que también impacta positivamente la reputación corporativa de las empresas. 

Desgranando los criterios ESG

Para comprender en qué consiste ESG, es fundamental conocer los criterios que lo componen:

  • E: Environmental: este criterio abarca cómo una empresa interactúa con el medio ambiente. Incluye la gestión de recursos, el control de emisiones, el impacto en la biodiversidad, la eficiencia energética, el uso del agua y cómo la empresa aborda el cambio climático. Cada vez más,  las organizaciones incorporan enfoques como economía circular, medición de huella de carbono y transición energética justa.
  • S: Social: el pilar social se centra en cómo una empresa gestiona sus relaciones con empleados, proveedores, clientes y las comunidades donde opera. Los aspectos clave incluyen los derechos laborales (con énfasis en la prevención del trabajo infantil o forzado), la seguridad y salud ocupacional, la diversidad e inclusión de colaboradores, el clima laboral, el respeto a los derechos humanos y el relacionamiento con las comunidades locales. La guía ISO 26000 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) complementan este pilar al ofrecer marcos de acción concretos para las organizaciones.
  • G: Governance: evalúa la forma en que una empresa es gestionada, dirigida y controlada. Se refiere a la ética empresarial, la transparencia, la estructura del directorio, el cumplimiento normativo y las políticas anticorrupción. Temas como la independencia y remuneración de los/as directores/as, la estructura organizacional y la estrategia fiscal también son relevantes aquí. Prácticas sólidas en este aspecto,  permiten además fortalecer la confianza de inversionistas, empleados y partes interesadas.

 

Los inversores, en particular, están interesados en entender el enfoque de gestión de estos temas. Buscan una descripción cualitativa de cómo y dónde se producen los impactos, por qué son importantes para la empresa, cómo fueron identificados y cómo se están abordando, incluyendo los objetivos y metas establecidos. Esto permite evidenciar los mecanismos de evaluación y control y si la empresa posee procesos adecuados para identificar riesgos y oportunidades.

¿Por qué aplicar ESG en una empresa?

Entre las principales razones para adoptar el enfoque ESG, podemos mencionar las siguientes:

  • Exigencias del mercado: clientes, inversores y reguladores demandan cada vez mayor transparencia y un firme compromiso con ESG. Los inversores responsables combinan el análisis financiero con la evaluación ESG para identificar riesgos y oportunidades, buscando mejores rendimientos y rentabilidades de largo plazo. A su vez, sectores estratégicos, como la minería, han comenzado a exigir la integración de estos criterios en su cadena de suministro.
  • Gestión de riesgos: la identificación y mitigación de riesgos operativos, reputacionales y financieros asociados a factores ambientales, sociales y de gobierno corporativo es fundamental para la estabilidad.
  • Acceso a capital: existe una creciente preferencia por parte de entidades financieras e inversores hacia empresas con sólidos perfiles ESG. Esto puede facilitar el acceso a financiación.
  • Eficiencia operacional: adoptar prácticas sostenibles ofrece oportunidades concretas para optimizar procesos y reducir costos.
  • Cumplimiento normativo: anticiparse a las futuras regulaciones en Chile en materia ambiental, social y de gobierno corporativo permite estar mejor preparado.
  • Atracción y retención de talento: un fuerte perfil ESG mejora la reputación y la marca empleadora, ayudando a atraer y retener a los mejores profesionales.
  • Relaciones fortalecidas: las prácticas ESG contribuyen a fortalecer las relaciones con la cadena de valor y las comunidades.

 

En resumen, invertir en sostenibilidad hoy significa cosechar valor mañana. Permite mejorar la reputación, reducir riesgos, acceder a nuevas oportunidades de negocio y optimizar la eficiencia.

¿Cómo impulsamos la estrategia ESG?

El camino hacia la sostenibilidad y la integración de los criterios ESG puede parecer complejo. Requiere un análisis profundo, una estrategia clara y una ejecución efectiva. Aquí es donde la experiencia y el conocimiento técnico se vuelven indispensables.

Baker Tilly es una firma con más de 30 años de trayectoria profesional en auditoría, asesoría y consultoría. Atendemos a empresas privadas medianas y grandes de diversas industrias, destacándonos por una asesoría cercana, técnica y creativa que busca proteger y desarrollar el valor de nuestros clientes a lo largo del tiempo. 

En Baker Tilly ayudamos a empresas a integrar en su gestión criterios ESG de manera efectiva, alineados con estándares internacionales. Combinamos experiencia global con soluciones accesibles y adaptadas a la realidad de cada organización, para facilitar el cumplimiento de exigencias de sostenibilidad, fortalecer la reputación y mejorar la competitividad. Nuestro enfoque práctico y territorial permite traducir la sostenibilidad en valor real para el negocio.

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